¿Qué es el Autismo?
El trastorno del espectro del autismo (TEA) es un trastornos
del neurodesarrollo que está presente desde la infancia y que conlleva una
serie de síntomas que afectan al desarrollo cognitivo.
Dentro de este espectro podemos encontrar una gran
variabilidad en las características de cada persona con TEA, pero podemos
establecer que la afectación se centra según el DSM V (Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de
Psiquiatría) en:
- Comunicación social y la interacción social. Mostrando limitaciones en la comunicación no verbal, en la expresión y comprensión de emociones, en la emisión y comprensión del lenguaje oral, en las relaciones sociales, etc.
- Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades. Pudiéndose identificar movimientos corporales o de objetos de forma repetitiva, habla estereotipada, repetitivo o monótona, inflexibilidad o patrones ritualizados de comportamiento verbal o no verbal, intereses restrictivos o alteraciones sensoriales entre otras características.
Causas
Hoy en día no está determinada la causa que origina este
trastorno, aún es necesario realizar muchas investigaciones que estudien estos
factores, pero si que se conoce que las alteraciones genéticas son de gran
importancia en la aparición de este trastorno. Los estudios actuales establecen
que no hay una sola causa que produzca este tipo de trastorno sino que se
debería a una etiología multifactorial.
Al ser una alteración neurobiológica no existe una cura ni
una medicación que elimine este trastorno, pero si se ha demostrado a lo largo
de los años que la intervención temprana es fundamental e imprescindible para
el pronóstico de los niños con TEA. De esta forma, los niños que presentan o
pueden presentar un posible trastorno del espectro del autismo, evolucionan
mejor en su desarrollo cuanto antes se interviene. Para ello, es necesario una
detección temprana de los síntomas.
Prevalencia
Los datos que se tienen a nivel mundial sobre la prevalencia
del autismo son bastante significativos. Los estudios a nivel europeo
establecen una prevalencia de 1 de cada 100 nacimientos, mientras que en EEUU
los estudios llegan a mostrar una prevalencia de 1 cada 88.
Hasta hace unos años, se podía asegurar que este trastorno
se producía cuatro veces más en hombres que en mujeres pero en los últimos años
y con los avances en diagnóstico se está detectando que esta diferencia entre
hombres y mujeres puede ser menor.
Signos de alarma
Existen diferentes cuestionarios de cribado que nos pueden ofrecer indicadores sobre la posible presencia de este trastorno, pero lo esencial es que tanto padres, como educadores, pediatras, enfermeros y todo aquel relacionado con los niños tenga en cuenta una serie de signos que nos muestran la posible presencia de este trastorno.
Etapa 0-3 meses
- No emite respuestas visuales a la cara de la otra persona, no mira al otro.
- No aparece la sonrisa social cuando ve o escucha a otra persona
- Irritabilidad constante o pasividad excesiva
Etapa 3-6 meses
- Dificultades para prestar atención tanto visual como auditiva o esta atención puede estar limitada a estímulos concretos.
- Presenta mayor atención a los objetos que a las personas
- Dificultades para mirar a la cara del que le habla y sonreirle
- Alteraciones del tono muscular, control postural y movimiento.
Etapa 6-9 meses
- No muestra conductas de anticipación a las rutinas diarias como el baño o la comida
- No presta atención a su imagen en el espejo.
- La sonrisa no se muestra de forma habitual y no aparece la risa o carcajada
- No responde cuando le llaman por su nombre
Etapa 9-12 meses
- No muestra conductas diferenciadoras cuando se encuentra personas extrañas y familiares
- No muestra interés por juegos de interacción social como el “cucu-tras”
- Muestra poco interés por los juguetes o por el contrario realiza juegos repetitivos con los objetos como sacar y meter de una caja o alinear objetos
- No llama la atención del adulto ni verbal ni gestualmente
- No mira donde le están señalando
Etapa 12-18 meses
- Utiliza el contacto ocular con menor frecuencia
- No responde a su nombre
- No señala con el dedo para pedir algo que quiere
- No enseña objetos
- Reacciona de forma excesiva o limitada ante ciertos estímulos por ejemplo cuando hay ruidos fuertes.
- No hay atención conjunta, es decir, no alterna la mirada entre el objeto y el adulto
- Ausencia de imitación espontánea, por ejemplo sacar la lengua cuando tú se la sacas.
- No dice palabras sencillas
Etapa 18-24 meses
- Nula o escasa exploración del entorno de forma intencional
- No muestra interés por los niños, no se relaciona con ellos, ni los imita o lo hace con poca frecuencia
- No sabe jugar a juegos convencionales como las construcciones o los coches, ni de simulación como a los muñecos, cacharritos, etc.
- Realiza conductas repetitivas o estereotipadas con las manos o el cuerpo como mover los dedos, aletear, dar saltitos, etc.
- Ausencia de palabras con sentido comunicativo
- Comunicación emocional precaria o ausente.
Estas son algunas características que nos pueden indicar la
posible presencia de un trastorno pero no es necesario decir que no tienen por
qué darse todos los indicadores de la misma etapa de forma simultánea.
Aún así, hay algunos síntomas que si se presentan son muy significativos de que algo no se esta produciendo según un desarrollo normalizado.
Signos de alerta inmediata:
- No balbucea y no hace gestos como señalar o decir adiós con la mano a los 12 meses
- No dice palabras sencillas a los 18 meses
- No dice frases espontáneas de dos palabras (que no sean ecolálicas) a los 24 meses.
- Cualquier pérdida de habilidades del lenguaje o a nivel social a cualquier edad.
Ante cualquier duda, lo recomendable, es acudir a un especialista que valore.