miércoles, 18 de noviembre de 2020

LA IMPORTANCIA DE LA ATENCIÓN TEMPRANA

Estamos en el siglo de la tecnología y de la investigación pero aún siguen naciendo niños con alteraciones cromosómicas, síndromes y patologías del desarrollo que los avances científicos no han sabido o no han podido curar. 



¿Qué es la atención temprana? 

El Libro Blanco de la Atención Temprana en 2000 establece que la atención temprana (AT) es 

“conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar.”

En palabras más familiares, podemos decir, que la atención temprana es un conjunto de actuaciones dirigidas a mejorar la calidad de vida de los niños de entre 0 y 6 años que tienen una serie de necesidades, que pueden ser temporales o permanentes, para desarrollarse de forma normalizada o que por sus circunstancias personales, sociales, económicas… pueden llegar a presentar estas necesidades. Atiende tanto a los niños como a sus familias y al entorno en el que se desenvuelven, esto supone una triada fundamental para una atención de calidad. 




¿Cuáles son los objetivos de la Atención Temprana? 

Según el Libro Blanco, estos objetivos serían los siguientes:

  1. Reducir los efectos de una deficiencia o déficit sobre el conjunto global del desarrollo del niño.

  2. Optimizar, en la medida de lo posible, el curso del desarrollo del niño.

  3. Introducir los mecanismos necesarios de compensación, de eliminación de barreras y adaptación a necesidades específicas.

  4. Evitar o reducir la aparición de efectos o déficits secundarios o asociados producidos por un trastorno o situación de alto riesgo.

  5. Atender y cubrir las necesidades y demandas de la familia y el entorno en el que vive el niño.

  6. Considerar al niño como sujeto activo de la intervención.


¿Existe la atención temprana en toda España? 

En los últimos años, la AT se ha ido reconociendo como un derecho fundamental, como una prestación necesaria e imprescindible para todos aquellos niños y familias que lo necesiten. Este reconocimiento ha originado diferentes normativas y procedimientos en las diversas comunidades autónomas, pero en la realidad, no existe una ley global que regule todo el territorio estatal. De esta forma, en algunas comunidades, los servicios o centros de atención temprana atienden a niños de 0 a 3 años mientras que en otros territorios la atención temprana llega hasta los 6 años de edad como recomienda y reconoce el Libro Blanco

Por todo ello, el CERMI (Comité español de personas con discapacidad) reclama un modelo de atención temprana universal, gratuito e inclusivo, ya que en la actualidad no está atendiendo a una gran cantidad de niños y familias que lo necesitan y que no la están recibiendo por diversos motivos como puede ser la comunidad autónoma donde viven, los recursos disponibles, la edad, la zona rural o urbana u otras características familiares.



¿A qué niños atiende la atención temprana? 

Como indica su definición, la atención temprana atiende a una gran variabilidad de población infantil, tanto con patología diagnosticada como aquellos menores que pueden llegar a presentar alguna alteración. El libro Blanco especifica:

  • Recién nacidos con riesgo neurológico, como pueden ser niños con bajo peso al nacer, prematuros, que han requerido de ventilación mecánica, con daño cerebral, con convulsiones neonatales, malformaciones del sistema nervioso central, etc.

  • Recién nacidos con riesgo sensorial, tanto visual como auditivo, entre los que podemos encontrar síndromes malformativos, antecedentes de hipoacusia, asfixia severa, infecciones congénitas, etc.
  • Niños con factores de riesgo social, como una acusada deprivación económica, padres con discapacidad intelectual, con alcoholismo o adicciones, madres adolescentes, etc.
  • Niños con trastornos del desarrollo motriz (parálisis cerebral, espita bífida, enfermedades neuromusculares…), trastornos del desarrollo cognitivo (discapacidad intelectual, disfunciones del procesamiento cognitivo…), trastornos sensoriales (déficit visuales, auditivos o del procesamiento sensorial), trastornos del lenguaje y la comunicación (Dislalias, disfasias, afasias…), Trastorno del Neurodesarrollo (TDAH, TEA, …), trastornos de la conducta, emocionales o retrasos evolutivos.



Tan pronto como se detecte alguna alteración o dificultad en el desarrollo de un niño se debe proceder a valorar su desarrollo para comprobar si es susceptible de intervención.

¿Has detectado alguna alteración en el desarrollo de tu hijo? escríbenos tus dudas.

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